Esta actividad está inspirada en “Entre ojos y hojas”. Cuando la escuela va al bosque (Taller de Poesía de Raúl Vacas) www.raulvacaspolo.blogspot.com.
En el epílogo del libro Wangari y los árboles de la paz (una historia verdadera) de Jeanette Winter, Ediciones Ekaré, aparece la siguiente frase:
“El poeta debe ser consciente del efecto mágico de determinadas palabras como heno, hierba, prado, sauce, río, abeto, montaña y colina”.
Partiendo de esta base se ha pedido al alumnado que cree un poema de tres versos cumpliendo una serie de condiciones.
Como se puede comprobar, los resultados son prometedores, aunque alguno no haya cumplido esas condiciones:
La alegre hierba busca un sueño sobre el suelo,
el quemado abeto mira lentamente las cenizas en el mar,
y los enfermos pájaros miran con soltura el corazón bajo la ciudad.
El heno, ya florecido, quería buscar tristemente su recuerdo de la lluvia.
La semilla de las próximas ramas estaba cuidando rápidamente su bajo y solitario corazón.
A ese río le sorprendió el pájaro que talaba encima de aquel bosque.
El florecido prado busca con paciencia esa agua de lluvia,
la enferma raíz cava lentamente el suelo bajo la luna,
y una semilla solitaria a veces sueña con un fruto y una rama.
La hierba verde cuida con paciencia la tierra del bosque,
el prado florecido busca poco a poco la luz de la luna,
mientras el pájaro enfermo busca con paciencia el amor de un búho.
En el cementerio la negra sombra siembra con rabia cenizas,
Bajo la luna el triste recuerdo de la hierba ha regado rápidamente,
un viejo bosque que con paciencia busca agua sin río.
La colina perdida siembra con precisión su corazón en la sierra.
Mientras, la montaña solitaria busca con rabia su sueño desde el cementerio.
Y la rama triste abandona lentamente su fruto desde las hojas.
La hierba quería ser parte de un prado y en un triste jardín se quedó,
el prado desearía estar en una montaña y en una finca vieja se olvidó,
y la montaña ya no sé qué sería de ella.
Su alegre verde me hace pensar,
que si yo sueño ella me cuidará,
pero en la ciudad no se haya y es una joya en la montaña.
El leñador tala los árboles
no sabe el daño que hace
pero un día vio un nido caído
La montaña enferma mira con rabia el dulce agua del mar,
el pájaro perdido avisa con rabia al fruto del búho
y la hierba solitaria busca entonces al corazón bajo las grandes ramas
La raíz, con rabia, corre el frondoso suelo de la madriguera.
El abeto, mira con paciencia el aire seco de entre la sierra.
El sauce sueña en el pasado poco a poco hasta la cicatriz del pájaro herido.
Aquel sauce solitario cavando el aire con precisión bajo sus hojas,
la montaña perdida cuidando rápidamente el corazón de la cuidad,
la hierba profunda avisando con soltura al silencio por el mar.
La rama buscaba el amor de un pájaro,
el viejo sauce avisaba lentamente al suelo por las raíces
y el triste otoño sembraba con cuidado el amor en cada campo.
El verde prado busca con paciencia amor en la lluvia
El río negro corre rápidamente en silencio por la ciudad
El enfermo sauce sueña con rabia ser talado del cementerio
La montaña, triste, solitaria, mira con rabia a aquel
sauce, verde, florecido, que se riega con agua de lluvia.
Mientras que ese abeto quemado sueña con limpiar su cicatriz con amor.
En una vieja colina, residía una joven semilla
y en la verde hierba se entierra
y poco a poco se convierte en una flor hermosa
Soñando poco a poco para descubrir el pasado del sauce,
o el abonarse pronto para ver la vieja colina
y dejar quemando el prado para que sufra lentamente.
La hierba tan alegre siempre viendo la ciudad,
sobre un sueño cada día revoloteando sin parar,
ve con cuidado a encontrarla que la puedes asustar.
La hierba iba creciendo lentamente,
adornando ese dulce prado y,
poco a poco cubriendo con su verde manto a la montaña
El río profundo busca tristemente
el agua sin tener mar. Y la hierba
florecida siembra una cicatriz de lluvia.
Pequeño pájaro, veo tus cenizas,
pero no temas, las sombras te protegerán.
Y el otoño volverá a posar sus hojas sobre tu soledad.
El leñador, sorprendido, busca el sueño bajo unas hojas,
del quemado sauce que busca un suelo, con cuidado en el que dejar el fruto,
bajo su solitaria sombra que busca amor desde la semilla.
La basura, tú no la has de dejar en el agua del mar,
una montaña, tú has de escalar para la luna alcanzar,
con cuidado una semilla has de plantar y un nuevo corazón crearás.
El abeto florecido cuida tristemente al pájaro entre las ramas,
la rama seca avisa tarde al fruto bajo las hojas,
y el pájaro, sorprendido, busca poco a poco los recuerdos desde el nido.
El leñador solitario cortaba con soltura y en silencio bajo las ramas.
El abeto seco, dejó entonces al pájaro sin nido.
La colina triste buscó tristemente el recuerdo del bosque.
El río perdido buscaba con paciencia los recuerdos de su sierra,
mientras el solitario pájaro miraba tristemente la tierra desde su nido,
el prado frondoso sembraba con cuidado frutos sobre el campo.
Una sombra negra busca lentamente el recuerdo del bosque,
un otoño perdido sueña tristemente con el silencio bajo sus ramas,
un pájaro enfermo busca entonces la luz desde su nido.
El solitario pájaro busca poco a poco el fruto en las ramas,
el río perdido deja lentamente una cicatriz en la tierra por la lluvia,
mientras, el viejo leñador encuentra con rabia su recuerdo bajo la luna.
SIN NADA
Bajo la fría lluvia del otoño , se encontraba un solitario leñador
Cual esperaba en el cementerio la resurrección de su amor
Triste recuerdo de quién le robó lentamente el corazón
el quemado abeto mira lentamente las cenizas en el mar,
y los enfermos pájaros miran con soltura el corazón bajo la ciudad.
(Mario Robles González 1º ESO B)
El heno, ya florecido, quería buscar tristemente su recuerdo de la lluvia.
La semilla de las próximas ramas estaba cuidando rápidamente su bajo y solitario corazón.
A ese río le sorprendió el pájaro que talaba encima de aquel bosque.
(Ángela Santamaría 1ESO B)
El florecido prado busca con paciencia esa agua de lluvia,
la enferma raíz cava lentamente el suelo bajo la luna,
y una semilla solitaria a veces sueña con un fruto y una rama.
(Raquel Pérez, 1º ESO B)
La hierba verde cuida con paciencia la tierra del bosque,
el prado florecido busca poco a poco la luz de la luna,
mientras el pájaro enfermo busca con paciencia el amor de un búho.
(Irene Rodrigo 1º ESO E)
En el cementerio la negra sombra siembra con rabia cenizas,
Bajo la luna el triste recuerdo de la hierba ha regado rápidamente,
un viejo bosque que con paciencia busca agua sin río.
(Álvaro Renedo 1º ESO E)
La colina perdida siembra con precisión su corazón en la sierra.
Mientras, la montaña solitaria busca con rabia su sueño desde el cementerio.
Y la rama triste abandona lentamente su fruto desde las hojas.
(Lucía Díez, 1º ESO B)
La hierba quería ser parte de un prado y en un triste jardín se quedó,
el prado desearía estar en una montaña y en una finca vieja se olvidó,
y la montaña ya no sé qué sería de ella.
(Javier Ruiz Peña, 1º ESO E)
Su alegre verde me hace pensar,
que si yo sueño ella me cuidará,
pero en la ciudad no se haya y es una joya en la montaña.
(Varinia Torres 1º ESO E)
El leñador tala los árboles
no sabe el daño que hace
pero un día vio un nido caído
(Mario García, 1º ESO B)
La montaña enferma mira con rabia el dulce agua del mar,
el pájaro perdido avisa con rabia al fruto del búho
y la hierba solitaria busca entonces al corazón bajo las grandes ramas
(Inés Rodríguez 1º ESO E)
La raíz, con rabia, corre el frondoso suelo de la madriguera.
El abeto, mira con paciencia el aire seco de entre la sierra.
El sauce sueña en el pasado poco a poco hasta la cicatriz del pájaro herido.
(Marco Alonso Fernández 1º ESO B)
Aquel sauce solitario cavando el aire con precisión bajo sus hojas,
la montaña perdida cuidando rápidamente el corazón de la cuidad,
la hierba profunda avisando con soltura al silencio por el mar.
(Juncal Valverde Martínez 1º ESO E)
La rama buscaba el amor de un pájaro,
el viejo sauce avisaba lentamente al suelo por las raíces
y el triste otoño sembraba con cuidado el amor en cada campo.
(David Rey, 1º ESO B)
El verde prado busca con paciencia amor en la lluvia
El río negro corre rápidamente en silencio por la ciudad
El enfermo sauce sueña con rabia ser talado del cementerio
(Álvaro Ariznavarreta, 1º ESO B)
La montaña, triste, solitaria, mira con rabia a aquel
sauce, verde, florecido, que se riega con agua de lluvia.
Mientras que ese abeto quemado sueña con limpiar su cicatriz con amor.
(Sergio García, 1º ESO B)
En una vieja colina, residía una joven semilla
y en la verde hierba se entierra
y poco a poco se convierte en una flor hermosa
(David Higuero1º ESO E)
Soñando poco a poco para descubrir el pasado del sauce,
o el abonarse pronto para ver la vieja colina
y dejar quemando el prado para que sufra lentamente.
(Darío Navarro 1º ESO E)
La hierba tan alegre siempre viendo la ciudad,
sobre un sueño cada día revoloteando sin parar,
ve con cuidado a encontrarla que la puedes asustar.
(Adrián Delgado Sánchez 1 ESO B)
La hierba iba creciendo lentamente,
adornando ese dulce prado y,
poco a poco cubriendo con su verde manto a la montaña
(Carla Martín Nicolás de 1 ESO E)
El río profundo busca tristemente
el agua sin tener mar. Y la hierba
florecida siembra una cicatriz de lluvia.
(Jesús Arnaiz Moral, 1º ESO E)
Pequeño pájaro, veo tus cenizas,
pero no temas, las sombras te protegerán.
Y el otoño volverá a posar sus hojas sobre tu soledad.
(Alejandra Sáez Gutiérrez 1º ESO E)
El leñador, sorprendido, busca el sueño bajo unas hojas,
del quemado sauce que busca un suelo, con cuidado en el que dejar el fruto,
bajo su solitaria sombra que busca amor desde la semilla.
(Víctor Sarasa Miguel 1º ESO E)
La basura, tú no la has de dejar en el agua del mar,
una montaña, tú has de escalar para la luna alcanzar,
con cuidado una semilla has de plantar y un nuevo corazón crearás.
(Adrián Martínez 1º ESO E)
El abeto florecido cuida tristemente al pájaro entre las ramas,
la rama seca avisa tarde al fruto bajo las hojas,
y el pájaro, sorprendido, busca poco a poco los recuerdos desde el nido.
(Irene de Pablo 1º ESO B)
El leñador solitario cortaba con soltura y en silencio bajo las ramas.
El abeto seco, dejó entonces al pájaro sin nido.
La colina triste buscó tristemente el recuerdo del bosque.
(Beltrán Gómez Hinojar 1º ESO E)
El río perdido buscaba con paciencia los recuerdos de su sierra,
mientras el solitario pájaro miraba tristemente la tierra desde su nido,
el prado frondoso sembraba con cuidado frutos sobre el campo.
(Yanire Palacios Pérez 1º ESO B)
Una sombra negra busca lentamente el recuerdo del bosque,
un otoño perdido sueña tristemente con el silencio bajo sus ramas,
un pájaro enfermo busca entonces la luz desde su nido.
(Silvia Pérez 1º ESO B)
El solitario pájaro busca poco a poco el fruto en las ramas,
el río perdido deja lentamente una cicatriz en la tierra por la lluvia,
mientras, el viejo leñador encuentra con rabia su recuerdo bajo la luna.
(Paula Díez , 1°ESO E)
SIN NADA
Bajo la fría lluvia del otoño , se encontraba un solitario leñador
Cual esperaba en el cementerio la resurrección de su amor
Triste recuerdo de quién le robó lentamente el corazón
(Carla Santamaría, 1º ESO B)
La raíz enferma sueña con soltura un futuro bajo la lluvia.
El perdido pájaro mira con precisión la luz del bosque.
La hierba seca busca regar limpiamente el aire desde la luna.
El abeto seco mira con paciencia el aire que entra por la sierra.
Hasta el sauce pasado sueña poco a poco en cicatrizar lo que le hizo el pájaro.
La raíz enferma sueña con soltura un futuro bajo la lluvia.
El perdido pájaro mira con precisión la luz del bosque.
La hierba seca busca regar limpiamente el aire desde la luna.
(Vera de Torres 1º ESO E)
Voy hacia el agua del mar dejando lentamente quemado el prado.El abeto seco mira con paciencia el aire que entra por la sierra.
Hasta el sauce pasado sueña poco a poco en cicatrizar lo que le hizo el pájaro.
(Sara Barbero 1º ESO B)
El leñador solitario corta con soltura y deja cicatrices en el bosque,
la hierba verde busca con paciencia la tierra del campo,
el río seco busca con cuidado agua por la mar.
Déjalo todo.
Lentamente, vayamos al prado,
y con agua de mar saciar lo quemado.
La Luna se deja cuidar en silencio desde la negra sombra
desde que quemada esta su cicatriz,
el triste búho con rabia busca.
El prado no riega para talar,
de pronto un fruto sale para
avisar a las hojas que ya hay que buscar
El frondoso sauce miraba tristemente las negras raíces
que se sembraron con paciencia por el viejo leñador
que cuidaba con paciencia de su solitario corazón.
Un sauce solitario miraba con rabia sus cicatrices,
una perdida sombra no encontraba una luz a quien seguir,
una vieja colina sembraba lentamente sus cenizas.
La frondosa raíz lentamente busca el agua de la lluvia,
el pájaro, alegre, mira entonces el suelo del bosque
mientras el viejo leñador abona con paciencia la tierra del campo.
El leñador solitario corta con soltura y deja cicatrices en el bosque,
la hierba verde busca con paciencia la tierra del campo,
el río seco busca con cuidado agua por la mar.
(Diego Murillo 1º ESO B)
Déjalo todo.
Lentamente, vayamos al prado,
y con agua de mar saciar lo quemado.
(Vega Piorno 1º ESO E)
La Luna se deja cuidar en silencio desde la negra sombra
desde que quemada esta su cicatriz,
el triste búho con rabia busca.
(Daniela Popescu 1º ESO B)
El prado no riega para talar,
de pronto un fruto sale para
avisar a las hojas que ya hay que buscar
(Paola Paniego 1º ESO B)
El frondoso sauce miraba tristemente las negras raíces
que se sembraron con paciencia por el viejo leñador
que cuidaba con paciencia de su solitario corazón.
(Diego Pérez 1º ESO B)
Un sauce solitario miraba con rabia sus cicatrices,
una perdida sombra no encontraba una luz a quien seguir,
una vieja colina sembraba lentamente sus cenizas.
(Daniel Arnaiz 1º ESO E)
La frondosa raíz lentamente busca el agua de la lluvia,
el pájaro, alegre, mira entonces el suelo del bosque
mientras el viejo leñador abona con paciencia la tierra del campo.
(Marcos Ibáñez Benito 1º ESO E)
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